Hace varios años existió una compañía capaz de convertir los videojuegos en experiencias traumáticas, aburridoras, y molestas; su nombre era Ljn y su logo era un arco iris. En ese entonces el logo de Ljn era el símbolo universal para juegos de dudosa calidad y verlo en la caratula de un videojuego era como ver el diablo. El karma terminó cuándo en 1995 Ljn fue comprada por Acclaim; Sin embargo, ésta no podía desaparecer sin pasarle la estafeta de la vergüenza a alguna otra compañía, la seleccionada ha sido Electronic Arts (EA) y ha cumplido su papel con creces.
Los jugadores recurrentes una que otra vez le hemos mentado la madre a los desarrolladores de Electronic Arts debido a sus políticas altamente restrictivas y su enorme cantidad de bugs dentro de sus videojuegos. Su gestión digital de derechos en el SimCity (a la que tuvo que ceder debido a su conexión obligatoria en servidores altamente inestables), el hecho que se obligue registrase a un jugador para poder jugar (NBA-2K14) y el descalabro gigante de Battlefield 4 (injugable en su lanzamiento) son sólo algunos ejemplos de malas prácticas de negocio. La gota que derramó mi vaso llegó en el dead space 3 al ver que, tras un poco más de 20 horas invertidas, no pude acabar el juego por culpa de un glitch en el último jefe que me impedía matarlo, tuve que ver el final por youtube.
Muchos juegos de EA ni siquiera son malos juegos, simplemente les falta tanta revisión que no deberían estar aún publicados. Electronic Arts saca al mercado algún juego decente (Dragon Age, Dead Space, Mass Effect) e inmediatamente se apresura a sacar la secuela sin darle suficiente tiempo a los desarrolladores para que entreguen un producto de calidad (un paso adelante y dos atrás). EA no comprende que hacer buenos juegos lleva tiempo, y que siempre es mejor retrasar un juego que lanzarlo con errores. Ya decía Shigeru Miyamoto (creador de Mario) en una entrevista hace varios años: “Un juego retrasado tarde o temprano será bueno, un juego apurado siempre será malo”. Por ejemplo: los creadores de Journey (ThatGameCompany) tuvieron que pedir prorroga a SONY dos veces durante el desarrollo del juego, aunque lo tenían terminado, ya que no les gustaba y querían mejorarlo. La prórroga sirvió para convertir un juego mediocre en uno de los mejores videojuegos de la historia, a pesar de sólo tener una hora y media de duración, y es tan bueno que la comunidad se enojó incluso cuando le arreglaron algunos bugs que tenía (hasta los errores son maravillosos).
Las compañías deben pensar más en el jugador que en el dinero. Nosotros tenemos el poder y este tipo de compañías deben ser castigadas; por lo tanto, si un videojuego tiene errores considerables y no cumple con lo que promete, simplemente, no debería ser comprado. Pero mientras se les sigan llenando las arcas con juegos apresurados y de baja calidad, EA seguirá haciendo lo mismo (literalmente esa es la respuesta que ellos dan: no estamos haciendo las cosas mal debido a la gran cantidad de personas que nos siguen comprando).