¿Quién no ha sufrido y gozado el amor? Seguramente varios han experimentado la miel y la hiel de estar o perder a un ser del cual estamos enamorados.
El amor y el desamor dejan varias huellas, cierto en los corazones, pero sobre todo en las evidencias que acumulan los enamorados como testimonio del más noble de los sentimientos. Antes, hace ya bastantes años, guardábamos las cartas románticas y las fotografías impresas en cajas y baúles adornados. Quizá fueron horas invertidas en clasificar aquellos recados escritos en servilletas durante una cita en el café. Pero, ¿qué sucede hoy?
Bueno, para empezar hay más evidencias de las que antes se hallaban en los baúles. Echemos un vistazo: mensajes de texto, fotografías digitales en redes sociales, historial de llamadas al número de la pareja en turno, publicaciones sobre lo que hacemos o no con la mujer u hombre de nuestros sueños, sensuales presagios de una noche erótica, el estado de nuestra relación en Facebook, etc., etc., etc.
El amor nunca fue tan evidente como en esta época en donde la tecnología nos permite compartir con el mundo el sentimiento arrebatado de gritar con quien compartimos nuestro tiempo.
Pero así como se comparte amor se comparten las tristezas, y tiramos indirectas a través de frases gráficas, emoticones con caritas lloronas, textos de nuestra autoría con reclamos, compartimos vídeos de canciones dolorosas y citamos frases de películas. También encontramos rastros del engaño y del flirteo, eso que ahora llaman sexting.
Hoy enfrentamos al amor y sus desavenencias a través de nuevos mecanismos. La tecnología nos brinda la opción de hacer catarsis a través del desahogo compartido, ¿qué quiere decir?, que las redes sociales y las aplicaciones colaborativas como las blogs, nos ayudan a recibir comentarios de apoyo sobre una situación en particular. Nos sentimos menos solos y más comprendidos, incluso por personas que son completamente ajenas a nuestro ámbito físico de cercanía.
De igual forma se viven las angustias, “Ya le llegó mi mensaje de whatsapp, y no me responde”… “seguro está enojad@”, “no cambió su estado de facebook”, “l@ notó super frí@ cuando le mando mensajes, es cortante” y otras situaciones sin pies ni cabeza y sin sentido, pero que al final del día nos dejan con pequeños grandes nudos en el estómago.
En fin, el baúl de los recuerdos se transformó un dispositivo móvil con acceso a la nubeque almacena todas nuestras historias de amor y desamor para compartirlas en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Con respecto a este tema, la compañía de McAfee realizó este 2014 en México una encuesta en relación al amor y la tecnología (La Crónica, 2014)
Datos interesantes que arroja este estudio son:
- 54% de las personas envía o recibe contenido íntimo incluyendo vídeos, fotos, correos electrónicos y mensajes.
- Sobre salen personas entre 24 y 35 años, más activas en la interacción amor-tecnología.
- 50% de los contenidos de tipo íntimo o erótico fue enviado a sus parejas, mientras que del restante 50% 1 de cada 10 individuos envió los contenidos a extraños.
- Los hombres protegen más que las mujeres sus dispositivos móviles (81% vs. 76%). Ellos están interesados en comprar seguridad que incluye reconocimiento facial, de voz, de huellas, etc.
- 34% de los adultos mexicanos comparten sus contraseñas.
- 1 de cada 5 personas inicia una sesión de la cuenta de Facebook de su pareja al menos una vez al mes.
- 30% admitió acosar a su ex pareja por redes sociales.
Y con redes o sin redes, se dice que el amor es un acto de fe.
… Y ustedes ¿están dentro de las estadísticas?
Referencias
La Crónica. (2014). Conoce los hábitos en el amor y la tecnología 2014. Feb 05, 2014. Periódicos Healy. MÉXICO, DF. Recuperado el 13 de agosto de 2014 de: http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/docview/1501145216?accountid=11643
Mural (2013). Explora tecnología y amor. Pág 6. Sep 18, 2013. Editora El Sol, S.A. de C.V. México. Recuperado el 13 de agosto de 2014 de: http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/docview/1433333270?accountid=11643
