En estos días uno de los partidos políticos más odiados en nuestro país(México) ha destapado a uno de sus “precandidatos” de cara a la contienda presidencial.
Desde entonces hemos visto titulares aquí y allá apoyando y sobre todo cuestionando al candidato. Pero lo que quiero remarcar es la cantidad de quejas que existen a su alrededor y el nivel de difusión que tienen esas noticias.
Sin embargo más allá de hacer daño a su imagen solo le dan visibilidad, y eso me hizó recordar lo que en algún lado leí “la mala publicidad no existe». Quién no recuerda los últimos días del 2015 cuando el entonces desconocido(a nivel político) Donald Trump comenzaba a patalear para llegar a una posición de poder en su país.
Miles de medios de publicación hicieron mofa de sus pretenciones, y en lugar de enterrarlo bajo una capa de olvido, lo hicieron protagonista de una de las contiendas políticas más importantes del planeta.
Sus propios adversarios hicieron hasta lo imposible por darle mala publicidad y vaya que lo lograron. Conforme se avanzaba hacia la fecha final el hombre del peinado extraño y barriga prominente era más promocionado que el presidente en turno o que el resto de sus adversarios.
Las primeras planas de los medios de comunicación desplegaban todo lo que Hillary o cualquier político de alto rango opinaba del hombre en cuestión. Y todos los promocionales de campaña giraban en torno a él.
Uno puede opinar que la intervencion rusa le dió la ventaja, pero lo cierto es que todos lo hicimos al hablar de él. Quizá el mejor equipo de marketing de Trump fue el que estaba siendo pagado por los Democratas, basta con ver las publicaciones en la fanpage de Hillary para ver que más de la mitad iban dirigidas a publicitar de alguna manera a su oponente.
Otro de los problemas es que la gente se ensañaba en las redes sociales críticando y maldiciendo al futuro presidente. Y lo anterior hizo que las propuestas de ambos candidatos se devanecieran en esa confusión de guerra de declaraciones.
Pocos electores sabían lo que Hillary o Donald proponian con excepción de esos temas candentes que tenian que estar en la charla de medio día. Y casi nadie comprendia las propuestas y su importancia.
Que si Hillary había sido culpable de filtrar emails, que si Trump era un misogino o xenofobo. Todo era un conjunto de acusaciones que rondaban la casa blanca, pero pocos comprendieron la importancia de las propuestas.
Hoy en México nos podríamos encontrar con algo parecido, los poderes políticos saben que ninguna publicidad es mala. El actual gobierno y su partido tienen un conjuto de acusaciones que le dan publicidad, mala si, pero finalmente publicidad.
Como sociedad tenemos el derecho y la oblicación de mantenernos informados y compartir esa información pero seamos concientes del los resultados. Compartir noticias no debe darse bajo el contexto de nuestra frustración.
Compartamos información verás y consistente, no dejemos que los medios nos guíen. Y tengamos claro que las empresas de noticias nos pueden llenar de notas que nos enojan solo con la finalidad de ser leídas, compartidas y generar ganancias. Si, está bien estar enterados, pero ¿Para qué leer la misma noticia que nos molesta en diez medios distintos? ¿Por qué compartir ese artículo las diez veces?
Si queremos hacer que la situación cambie, dejemos de poner la mirada en aquellos que no la merecen y miremos hacia las personas o movimientos que podrían implicar una mejora en nuestras vidas y en la vida de nuestro país. Los medios entenderán que eso es lo queremos y cambiarán su modelo de negocio.
Tenemos ejemplos de personas o grupos que con pequeños movimientos están logrando cambios importantes. Recordemos al joven Kumamoto quien ha sido uno de los que han logrado impulsar reformas sin mucha difusión, . Ahora imaginemos lo que podrían hacer si les ponemos atención.
A veces escuchamos que un clic o un like no hace la diferencia, pero muy probablemente si lo hace, los invito a reflexionar y a pensar en nuestros compatriotas que no tienen forma de informarse ya sea porque solo tienen acceso a tv o por la poca educación que el gobierno nos ha forzado a padecer. Y pensemos que ellos solo conocen eso de lo que todos nos estamos quejando y a lo que le estamos dando difusión por mala que sea.
Y recordemos que muchas veces la gente se guía por el conocimiento popular como aquel que dice
“Más vale malo conocido que bueno por conocer»